La Fundación Psico Ballet Maite León es una de las impulsoras del proyecto Experimenta Compañía contra la soledad no deseada. Esta asociación lleva más de 35 años poniendo la formación escénica al servicio de las personas diversas.
Cuentan que Maite León (Madrid, 1943-2006) encontró, a través de la comunicación y el juego con su hija, una nueva manera de entender la danza. Cuando en 1968 llegó al mundo la pequeña Marite, León llevaba años dedicándose a la enseñanza del baile y coreografiando piezas para la televisión. La lesión cerebral que sufrió la niña desde su nacimiento obligó a la coreógrafa madrileña a algo más que dejar aparcada su labor profesional: “Maite descubrió belleza en los movimientos de su hija y una nueva forma estética”, detalla la Fundación que ella creó y que desde 1986 se dedica a la formación de artistas con y sin diversidad funcional.
León se había centrado en estimular física y sensorialmente a su hija a través de la danza, la música y el canto. Lo que surgió entre ambas fue una relación de trabajo, superación y conocimiento que fructificó años más tarde en lo que Maite llamó psicoballet, una nueva metodología de enseñanza dirigida a integrar los cuerpos y mentes diversas en la enseñanza y en la creación artística.
Desde esa noción y conocimiento, la Fundación Psicoballet Maite León centra su trabajo en la formación escénica completa de personas con diversidad física, psíquica, intelectual, del desarrollo y/o sensorial a través de “Método Psico Ballet Maite León”, que comprende clases de danza, teatro, música, percusión, canto, maquillaje facial y corporal para la formación completa del actor/actriz-bailarín/a con diversidad. A través de su escuela, se han formado más de 600 alumnos con diversidad y más de 2.000 profesionales del ámbito de la educación especial y artes escénicas. Sus dos compañías de danza y teatro han representado en Europa, Estados Unidos y Canadá.
Con este bagaje, la Fundación lleva desde 2020 participando en Experimenta Compañía, el proyecto de intervención contra la soledad no deseada que cuenta con el apoyo del Foro de Empresas y del Ayuntamiento de Madrid. La Fundación presentó, junto con las otras tres asociaciones vinculadas al proyecto (Caídos del Cielo, Voces y Acción por la Música), los trabajos de su taller de danza el 23 de junio en el centro cultural Eduardo Úrculo de Madrid. Era el resultado de 9 meses de trabajo con su grupo, formado a partir de las clases gratuitas semanales en los que el equipo ha ido trabajando con las personas participantes desde su local en la calle Vizconde de los Asilos del barrio de Ciudad Lineal.
En palabras de Gabriela Martín, que dirige la Fundación, “trabajar la soleadad no deseada desde experiencias artísticas abre un nuevo campo, porque crea una comunicación nueva” en la que “no hay nada ni nadie que juzgue”. La prioridad es “expresar libremente”, en una forma de trabajar con otras personas desde un punto de vista creativo. Martín valora como “fundamental” la aportación del Foro de Empresas para la concreción del proyecto, dado que “muchas de las personas que participan no tienen los recursos para poder acceder a una actividad cultural o artística”. La experiencia, valora, “les está ayudando muchísimo a abrirse, a crear vínculos y a salir fuera de sus hogares”.